Cómo ablandar pan duro
A lo largo de toda la historia de la humanidad, uno de los alimentos de mayor importancia en la dieta diaria ha sido siempre el pan; complementado a veces solo con cebollas, aceite de oliva, queso o carne seca.
A base de trigo, de maíz, de plátano, de yuca, de papa, de centeno, de cebada, todas las culturas y civilizaciones se han inventado un pan como acompañante para cada plato preparado; pero en ocasiones, es el pan quien se hace acompañar y se constituye en la comida principal del día.
Fue el trigo el cereal que destacó entre los pueblos europeos para la confección del pan, aún cuando se han usado otras semillas con el mismo fin; siempre en mucha menor medida.
Originario de Medio Oriente, de la antigua Mesopotamia, el trigo ganó el privilegio de transformarse en un elemento indispensable en la mesa de cada familia y de servir de sustento a millones de personas en el mundo entero.
A pesar de todas las virtudes que se le pueden atribuir al pan, innegables desde cualquier punto de vista, este cuenta con una debilidad que a veces lo hace ser rechazado: se endurece y a muy pocas personas les complace el pan duro.
La preparación del pan requiere de la molienda de las semillas maduras de trigo, de la cual se obtiene la harina, que mezclada con elementos básicos como agua, sal y algo de grasa, da como resultado un pan básico.

Un pan más suave, más esponjoso, se obtiene al agregar otros ingredientes como levadura, azúcar, mejoradores de masa, polvo de hornear o simplemente bicarbonato de sodio.
La proporción de agua requerida para la confección del pan es de más de 50% en relación con la cantidad de harina, lo que proporciona una humedad en una escala que provoca su rápido endurecimiento si no se guarda adecuadamente.
Al contacto con el aire y el calor ambiental durante un tiempo muy prolongado, el pan se reseca, generando cambios en su estructura física como consecuencia de la pérdida de agua.
Una forma de prevenir el prematuro endurecimiento del pan es introducirlo frío en recipientes plásticos cerrados herméticamente; también puede envolverse en papel plástico o en bolsas que impidan el contacto con el aire.
Sea cual sea el método que se adopte, pasado algún tiempo el pan terminará endureciéndose. En estos casos se puede recurrir a técnicas que permiten volverlo suave y esponjoso, como recién salido del horno.
Los métodos para devolverle al pan la blandura y la suavidad que tanto gusta pueden realizarse con artefactos básicos como el horno de la cocina, un horno eléctrico o un microondas.
Ablandar pan duro en el microondas
Método 1. Tal vez haya en la despensa un pan que ha sobrado del día anterior o que quizá ya tenga más tiempo guardado allí. Muchos optan por desecharlo, considerándolo inútil.
Recuperar ese pan que ya se creía perdido es posible si se opta por los siguientes pasos:
- Se humedece un paño de cocina limpio y sin olor.
- Se envuelve el pan endurecido con el paño húmedo.
- Se programa el microondas para 15 minutos y se introduce el pan.
- Se enciende el microondas y pasado el tiempo programado, se saca el pan.
- Al final, se obtiene un pan blando y esponjoso.
Método 2. El pan endurecido se puede someter a un sencillo proceso de ablandamiento en el microondas cuando:
- Se toma una hogaza de pan endurecida y se humedece un poco bajo un chorro de agua fría o tibia.
- Se coloca el pan duro en el artefacto microondas.
- Se introduce un vaso con agua junto al pan.
- Se deja el pan al calor del horno durante 20 o 30 segundos.
Este procedimiento se puede aplicar también a un pan blando que se desea recalentar. El resultado será el mismo: pan suave, crujiente, de agradable textura.

Cómo ablandar pan duro en el horno eléctrico
Al igual que el microondas, el horno eléctrico es un artefacto de mucha utilidad en la cocina. Ablandar pan duro en este dispositivo es un proceso sencillo de ejecutar.
- Se comienza precalentando el horno a una temperatura de entre 170 y 180° C.
- Mientras, se procede a envolver el pan endurecido en papel aluminio.
- Envolverlo en este papel permite proteger la corteza del calor del horno, evitando que llegue a quemarse.
- Se mantiene el pan en el horno encendido durante unos 10 a 15 minutos.
- Transcurrido el tiempo estimado, se saca el pan del horno, ya listo para ser comido.
El pan se puede congelar
Una forma de conservar el pan por más tiempo es llevarlo al refrigerador o también congelándolo. En el primer caso el tiempo de conservación es más limitado que si se opta por la congelación.
Es recomendable que el pan fresco sobrante sea guardado en la nevera, donde podrá permanecer entre dos o tres días si se ha envuelto debidamente o se ha almacenado en una panera, resguardado siempre de la humedad.
Recalentar este pan es muy sencillo. Puede hacerse en cualquier tipo de horno con el que se cuente: sea el de la cocina, microondas u horno eléctrico. Si es pan de sándwich, se puede recalentar en la tostadora.
Para congelar el pan solo hay que:
- Guardarlo en bolsas plásticas de cierre hermético, extrayendo la mayor cantidad posible de aire.
- Antes de congelar el pan, es recomendable cortarlo en rebanadas.
- El tiempo máximo que se puede mantener congelado el pan es de un mes.
- Para descongelar el pan, es conveniente hacerlo a temperatura ambiente.
- Una vez descongelado, el pan se puede calentar en horno o en tostadora, dependiendo del tamaño y de la forma de la hogaza.
Para agilizar el descongelado, se puede usar cualquier tipo de horno del que se disponga; en el microondas bastarán solo 15 segundos para volver el pan a un estado de blandura y suavidad comparable a la del recién hecho.
En horno eléctrico o a gas, en 5 minutos se puede reavivar el pan congelado, horneando a una temperatura de 180° C.
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